Mucha gente al escucharnos decir “conduzco un coche clásico”, piensa erróneamente -y desde su ignorancia- que somos propietarios “de un viejo cacharro” que a cada kilometro o milla nos deja tirados, o que quizás no tuvimos el dinero suficiente para comprar ese deportivo rojo modelo 2011 como el que tiene el vecino.
Hay personas que prefieren escuchar un vinilo de Frank Sinatra, y otros el último mp3 de Lady Gaga. Con los coches pasa exactamente lo mismo. Si tenemos la suerte de tener las llaves de un clásico, europeo o americano, sabemos que somos poseedores de un patrimonio del mundo del motor, una obra de arte de la que hay que hay que cuidar, y estar igual de pendientes que de nuestra pareja sentimental. Y como en el amor uno no puede contratar un seguro, demos gracias que en el mundo del motor uno sí puede contratar una cobertura.
Un coche clásico merecerá mayor cuidado, casi mimarlo como un bebé, no son fáciles de encontrar, sobretodo nada fácil de restaurar, y si compramos uno en perfecto estado seguramente paguemos bastante por el, así que vamos a tener que contratar el mejor seguro que encontremos, no correremos riesgos.
En España, por ejemplo, a ojos de la ley y las aseguradoras, se considera coche clásico a cualquier automóvil que sobrepase los 25 años. Montar en uno de ellos no solo es un placer en cuanto a los sentidos, sino que también te otorga ciertos privilegios que otros coches “más jóvenes” no tienen…
Los seguros son más baratos.
¿Por qué?
Los coches clásicos tienen una siniestralidad más baja que un coche “normal”. Según estadísticas por las propias aseguradas, un clásico suele dar un 20%, y el deportivo rojo último modelo de nuestro vecino daría un 50-70%. Ya saben, unos van con cuidado y miman a su coche, y otros intentan presumir, sobreactuar, y pensar que están en el circuito de Le Mans.
También quien invierta en un clásico tendrá más cuidado en donde dejar su coche aparcado, sabiendo que es como dejar un caramelo en la puerta de un colegio para todos aquellos ladrones, gamberros, o envidiosos sin más que son capaces de rallar el coche por mera envidia.
Es por ello que el hecho de ser propietario de un clásico nos permitirá tener tarifas bastante más económicas. Las aseguradores de coche lo saben, en España y en todos los países.
Eso si, no es oro todo lo que reluce, y como siempre, las pólizas de seguros de coches tienen también su letra pequeña:
- No se podrá recorrer más de XXXX Km al año (suelen empezar a limitarlos a partir de los 5.000)
- Supuestamente no deberemos de usar nuestro coche de manera diaria -ya saben, por estadística y evitar posibilidades de riesgos-
- Lógicamente excluyen entonces a los clásicos que se usen profesionalmente; como por ejemplo aquellos que se alquilan en Rent-A-Cars o para bodas.
- A veces -y solo dependiendo del tipo de aseguradora a la que vayamos, si es una con “caché” y exclusiva de clásicos o una de toda la vida- estas primeras pueden llegar a pedirnos cosas tan bizarras como “pertenecer antes a un club de coches clásicos- Pero tranquilos, si no vais a una aseguradora con demasiado caché, eso no os pasará
Y no es lo mismo querer asegurador un delicado Ford A Model del 32, que un Ford del 77 con motor V8 y radio casette de serie…
